Ubicado en el monte Benacantil, ofrece vistas panorámicas de la ciudad y el mar Mediterráneo. Además de su historia, es uno de los mejores lugares para ver el atardecer.
El paseo marítimo más emblemático de Alicante, con su característico mosaico de baldosas y rodeado de palmeras. Es ideal para pasear y disfrutar de la brisa marina.
Un pequeño paraíso a solo 11 kilómetros de la costa. Con sus aguas cristalinas y ambiente relajado, es perfecta para un día de snorkeling y tranquilidad.
Un barrio tradicional lleno de casas coloridas, calles estrechas y flores en cada esquina. Es encantador para pasear y explorar la esencia más auténtica de Alicante.
La iglesia más antigua de la ciudad, construida sobre una antigua mezquita. Su fachada barroca y su interior gótico son fascinantes para los amantes de la historia y el arte.
Un lugar ideal para descubrir los productos locales y disfrutar de la gastronomía alicantina, desde frutas y verduras frescas hasta embutidos y mariscos.
La Playa del Postiguet y San Juan son las más famosas. Postiguet es céntrica, mientras que San Juan ofrece kilómetros de arena fina y aguas cristalinas, perfecta para familias y deportes acuáticos.